viernes, 12 de diciembre de 2008

Día 17 - Cinque Terre (2da parte).

Después del descanso junto al mar en el almuerzo continuamos el camino a Corniglia, y un buen par de escaleras nos anunciaba la llegada a la ciudad que parecía escondida, después de semejante esfuerzo nos mostró nuevamente el colorido que veríamos en el resto que faltaba. Corniglia es la que más alto se encuentra construida, por lo tanto para ver la parte del puerto hay que bajar unas cuantas escaleras hacia el mar y nuevamente subirlas para retomar el camino. Las vistas de todos los lugares son soñadas, desde el color del mar, las formas de los diferentes pueblos y el encanto del camino.

Pablo en el cartel que anunciaba la llegada a Corniglia y las felicitaciones por haber subido 382 escalones....hermoso!

Un local que exponía botellas de vino y cerveza con imágenes impresas de distintos dictadores de diferentes épocas.

Ya de nuevo en el sendero....Corniglia desde lo alto.


Corniglia a lo lejos.


Camino a Vernazza.


Bajando a Vernazza.

Descendiendo al cuarto pueblo llamado Vernazza, ese día nos toco muy buen tiempo, y teníamos calor así que después de caminar por las callecitas del pueblo decidimos comprarnos un helado....del cual no nos olvidaremos ( Crema Cinque Terre y Uva), el más rico que comimos en toda Europa.

Pablo haciendo equilibrio en una cuerda de una cueva que comunicaba la orilla de la ciudad con una saliente al mar.

El puerto de Vernazza.

Decidimos ir a comer el helado al puerto, así que pasamos por la plaza y nos instalamos allí...en la escollera rompían las olas salpicando una buena parte del lugar.

Sosteniéndome de la pared.....

Nos faltaba la última ciudad Monterosso al Mare, parecía cerca, pero es el camino mas escarpado y en subida . Al poco tiempo de salir de Vernazza tuvimos que hacer 2 paradas porque creía que allí se terminaba el paseo...pero no! El último tramo es el más difícil, llegamos muy cansados.

Viñedos y huertos en el camino.

La llegada a Monterosso al Mare fue al anochecer así que pudimos recorrer las playas (en los anteriores pueblos esto no era posible porque estaban en un peñasco) y pasear por sus calles, es la más urbana de todas y no tan escarpada.

Cerca de Monterosso al Mare.


Descanso antes de entrar en la ciudad.


Monterosso al Mare.

La vuelta a Florencia fue más tarde de lo que pensábamos y al bajar del tren vimos un Mc Donalds que nuevamente nos salvó la cena. Nos merecíamos un descanso.......el paseo fue agotador pero INOLVIDABLE!
Una buena recomendación es que lo hagan al revés de como lo hicimos nosotros, empezando por Monterosso.

miércoles, 3 de diciembre de 2008

Día 17 - Cinque Terre.

Nos levantamos bien temprano y a la estación, después de un viaje corto en tren llegamos a la Spezia y de ahí un cambio a un tren doble piso para la primera parada de Cinque Terre. Paramos a tomar un capuccino y como nos habían preparado una bolsita con panes, dulce y manteca para desayunar buscamos un banco con vista al mar y comimos algo, como en muchos otros lugares de Italia si tomabas el café parado en la barra salía más barato.

Lo primero que vimos al llegar al sendero.

Cinque Terre es un parque natural que bordea el mar mediterráneo, uno lo puede recorrer:
  • en auto o moto por una ruta que pasa por arriba de las colinas e ir bajando a cada pueblo (no se puede entrar en auto)

  • en tren, que pasa por cada pueblito y entre ellos va por túneles.

  • en barco, aunque ese día estaba movido y no salían
  • caminando por un sendero de 9 km. que sube y baja bordeando el mar.
Nosotros elegimos caminar los 9 Km., como no habíamos caminado suficiente aún era el paseo que deseábamos hacer.

Después del desayuno y descansados, la vida nos sonríe!

El programa consta de 5 pueblos pequeños que asoman al mar mediterráneo que fueron visitados todos. Vas caminando por las colinas, entre bosquecitos , viñedos, pequeñas casas solitarias y huertos con olivares que unen unos con otros.

Nuestra primer parada fue Riomaggiore, chiquito y colorido con unas vistas muy bonitas desde las pasarelas ,en esa parte son amplias...y la pasarela que une Riomaggiore con Manarola se llama el sendero del amor. Más adelante nos daríamos cuenta que las pasarelas se irían angostando de a poco cada vez más.

Romaggiore y su rampa para los botes.

En busca de provisiones, entramos en una despensa

Riomaggiore desde el sendero, empieza la caminata.

Todos son pequeños pueblos de pescadores, totalmente peatonales por que están en un peñasco o una pendiente.

Desde más lejos, en el sendero del amor.

Manarola nos espera.

Entre Riomaggiore y Manarola hay 1 km. y el sendero es bastante llano, salvo cerca de los dos pueblitos donde hay escaleras.




Gaviota volando sobre Manarola.

Posando con Manarola de fondo ¿donde esta la mochila negra?

Cementerio al "mar y la brisa" (así decía el cartel).

Manarola desde el sendero.

Entre Manarola y Corniglia también había 1 km., pero el tiempo que lleva es más del triple, eso nos anunciaba un sendero más escarpado. En varios de los pueblitos que seguían los cementerios siempre estaban arriba del todo, en el caso de Manarola al lado de la una placita de juegos infantiles.

Vamos subiendo.

Aprovechamos una escalera y bajamos al mar a almorzar.

Ale llegando a Corniglia, en el fondo se veían las escaleras.